Las puertas curvas son una alternativa cada vez más popular en el mundo del automatismo, pero ¿qué las hace tan especiales?

Las puertas curvas ofrecen una serie de beneficios y ventajas que las convierten en la elección preferida para muchos entornos. A continuación, indagaremos en las diversas razones por las cuales las puertas curvas pueden, en ocasiones, ser una mejor elección que las puertas giratorias y cómo pueden mejorar la experiencia de los usuarios.

Uno de los principales beneficios de las puertas curvas es su capacidad de adaptación al espacio disponible. Estas puertas están diseñadas para adaptarse a áreas más pequeñas y angostas, lo que las convierte en una elección idónea para aquellas obras donde el espacio es limitado. Esta característica contrasta con las puertas giratorias, las cuales requieren un espacio considerable para su instalación y funcionamiento. Por lo tanto, uno de los mayores atractivos de las puertas curvas es su capacidad para aprovechar el espacio disponible, lo cual es especialmente útil en edificios con entradas estrechas.

El segundo aspecto a destacar de las puertas curvas es su capacidad para mejorar el flujo de tráfico. Las puertas giratorias tradicionales a menudo obligan a las personas a esperar su turno para entrar o salir de un edificio, lo que puede generar congestión y retrasos, especialmente en áreas muy concurridas como aeropuertos o estaciones. En cambio, las puertas curvas permiten un flujo de tráfico más fluido y continuo, ya que permiten el paso de un mayor número de personas al mismo tiempo.

El tercer factor clave a la hora de escoger las puertas curvas es la accesibilidad. Las puertas curvas son más accesibles para personas con movilidad reducida o discapacidades físicas. Al tener aberturas más amplias y sin obstáculos, facilitan el paso de sillas de ruedas, carritos de bebé o equipaje, mientras que las puertas giratorias pueden resultar más difíciles de atravesar para estas personas o, incluso, se puede llegar a tener que activar complejos sistemas, limitando, así, su acceso e independencia.

La cuarta razón, también considerada como un aspecto fundamental, es la seguridad. En este sentido, las puertas curvas ofrecen seguridad muy avanzada. Estas puertas al no tener partes móviles tan expuestas como las giratorias, reducen riesgos, brindando así un entorno más seguro para todos sus usuarios. Esto combinado con más seguridades, ofrecen la posibilidad de que no haya contacto alguno entre la puerta con los usuarios.

El quinto beneficio de este tipo de puerta es su gran estética. Las puertas automáticas curvas no solo tienen una gran funcionalidad, sino que también proveen a la instalación de un aspecto muy estético y moderno. Su diseño contemporáneo y elegante puede mejorar la apariencia de cualquier edificio, transmitiendo una imagen vanguardista y sofisticada. Además, su gran capacidad de adaptación les permite complementar, sin ninguna dificultad, los diferentes estilos arquitectónicos que se puedan encontrar en cualquier fachada.

El último aspecto, está relacionado con el ahorro energético. Aunque bien es cierto que el propio funcionamiento de las puertas giratorias resulta óptimo desde el punto de vista energético, ya que no permite la entrada de aire directa al interior del edificio, la entrada / salida al edificio se realiza a “puerta cerrada”. La gran problemática de esta tipología de puerta surge cuando la afluencia de público es muy intensa, como, por ejemplo, en centros comerciales y aeropuertos, donde además suelen ser puertas giratorias de grandes dimensiones. Son esos precisos momentos, debido a la activación continua de las seguridades por la gran afluencia de los propios usuarios, los que provocan la parada continua de la puerta, trastornando a su vez al usuario. Este es el motivo por el cual resulta necesario abrir en su totalidad las puertas anulando el mecanismo giratorio durante las horas de más tránsito. Esta circunstancia provoca escapes de aire y como consecuencia descargas térmicas y corrientes de aire en el interior del edificio, provocando perdida de temperatura y confort, y como por ende un mayor gasto energético.

Los sistemas de exclusas o vestíbulos y en ocasiones organizar los flujos de entrada y salida, puede resultar más eficiente y económico que la tipología de puerta giratoria. Si además se instalan cortinas de aire únicamente activas cuando las puertas que forman la exclusa están abiertas, conseguimos una instalación óptima.

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